La misma limpieza que Dios pedía en el campamento de Israel es la que pide en nuestras vidas hoy. En este mensaje lleno de acción, aprenderemos a dejar atrás el pasado, confesando y enfrentando nuestros “pecados mascota” que nos estorban. Queremos también aprender a limpiar nuestras relaciones, rodeándonos de personas que se interesen más por nuestra eternidad que por nuestra comodidad. Y en tercer lugar debemos aprender a poner en orden nuestras familias, porque nuestro pecado no solo nos afecta a nosotros, sino a todos los que amamos.Dios camina por nuestro campamento y no bendice la desobediencia. ¡Hoy es el día para alinear nuestras vidas con su propósito!