Estamos prejuiciados por el viejo dicho de que "todo entra por la vista", en especial si se trata de regalos. Nos gusta los regalos bien envueltos, porque se nota cuánto cuidado tomo la persona para envolverlo bien y hacerlo agradable a la vista. El asunto es que no todos los regalos bien envueltos contienen cosas valiosas, y no todos los regalos que cuyos envoltorios no cumplen las normas de estética son menos valiosos. Si no, pregúntele a la historia de la navidad, que nos recuerda que sea cual sea la envoltura, debemos hacer algo con lo que se nos ha regalado.